La yema de huevo es una fuente rica en vitaminas, ácidos grasos omega-3 y lecitina. El pigmento amarillo, luteína, mejora el rendimiento cerebral, la concentración y la memoria, siendo también un importante antioxidante. Lo mismo ocurre con las vitaminas A y E, que también están presentes en la yema y son perfectamente absorbidas por el cuerpo del animal, ya que se disuelven en las grasas circundantes.

La yema también es rica en vitaminas D y B, que fortalecen los huesos y la piel y son esenciales para el sistema nervioso. Los minerales, como el hierro, completan la composición, siendo también beneficiosos para perros con anemia.

Curiocidad: la estructura de la yema del huevo es similar a la de la sangre, ya que contiene plasma. El grupo de proteínas del plasma responsable de las funciones protectoras, llamado inmunoglobulina Y, es del mismo tipo que el presente en la sangre de los animales.

Los estudios realizados por The American Journal of Clinical Nutrition* sugieren que la administración regular de la yema de huevo a un animal (durante un mes) aumenta los niveles de luteína y zeaxantina en el cuerpo. Estos pigmentos naturales protegen la retina contra la incidencia de la radiación UVA y reducen significativamente el riesgo de degeneración macular o la aparición de cataratas.

*Handelman G. J., Nightingale Z. D., Lichtenstein A. H., Schaefer E. J., Blumberg J. B., Lutein and zeaxanthin concentrations in plasma after dietary supplementation with egg yolk. The American Journal of Clinical Nutrition. 70(2), 1999: 247-251.

MODO DE ADMINISTRACIÓN

DOSE RECOMENDADA

Gatos y perros hasta 10 kg: 1 cucharada rasa al día.

Perros de 10 a 20 kg: 2 cucharadas rasas al día.

Perros con más de 20 kg: 3 cucharadas rasas al día.